Talk:Potrerillos

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La producción de cobre en barra, calculada en unas 33.000 toneladas en 1861, subió al amparo de las ordenanzas aduaneras de 1864, que favorecieron el flujo de cobre boliviano hacia Coronel, para ser fundido en el establecimiento creado por Matías Cousiño en Lota. Hacia esta época, Coronel había reemplazado a Caldera y a Coquimbo como puerto de entrada para los minerales bolivianos, en tanto que muchas fundiciones del Norte Chico se hallaban paralizadas, en buena parte por la carencia de medios para aprovechar minerales de baja ley.

En la década de 1870, la importancia de cobres peruanos devolvió a los establecimientos del puerto de Coquimbo su antigua importancia, mientras el de Guayacán, de Urmeneta y Errázuriz con sus cuatrocientos operarios, continuaba siendo el segundo del país.

A partir de 1874, la economía mundial se vio sometida a un ciclo de baja de precios. Hacia la misma época aumentaron su producción los yacimientos cupríferos de los Estados Unidos los de Río Tinto, en España, con la consiguiente caída de precios: de 102 libras esterlinas que se pagaba por la tonelada en 1872, se llegó a las 58 libras en vísperas de la Guerra del Pacifico. Esto empujó a interrumpir las faenas extractivas en muchos yacimientos y a cerrar numerosas fundiciones. Aunque la eliminación de los derechos de exportación del cobre nacional, en 1884, no reactivó la producción, no ha de creerse que el desastre fuera irremediable. Desde 1898 se acentuó la tendencia mundial en el alza del precio del cobre, como consecuencia de la extensión de los servicios de alumbrado eléctrico, del tendido de líneas telegráficas y telefónicas y de la substitución de los ferrocarriles de vapor por eléctricos. Así, las 150.000 toneladas consumidas en 1880 subieron a 500.000 en 1900, a 700.000 en 1905 y a mas de un millón en 1912. Esto explica que por 1900 las empresas nacionales mayores, esto es, la Compañía Explotadora de Coronel y la Sociedad Chilena de Fundiciones (Guayacán) hubieran logrado sobreponerse a la larga crisis.

El impulso decisivo a la minería del cobre proviene del capital norteamericano. En 1904 el ingeniero William Braden organizó la Braden Copper Company, que comenzó dos años después la explotación del yacimiento de El Teniente, en la cordillera frente a Rancagua. En 1916, la Braden Copper fue adquirida por su casi totalidad por la Kennecot Copper Corporation. En 1912, Daniel Guggenheim formó la Chile Exploration Company, que en 1915 principio en gran escala los trabajos extractivos en el mineral de Chuquicamata, infructuosamente explotado en el siglo XIX. En 1923 Chile Exploration Company pasó a ser controlada por la gran corporación denominada Anaconda Company. La mina de Potrerillos, cerca de Chañaral, estaba en labor desde 1876, a partir de 1920 la empresa norteamericana Andes Copper inició en dicho yacímiento la construcción de una planta que fue concluida en 1927.