Español: Es un rectángulo vertical de diez cuerpos de largo por ocho de ancho, con los vértices inferiores redondeados, cual modelo español, con bordura angrelada, en gules, que simboliza la vitalidad y potencia de sus moradores.
El campo se ha compuesto en tres partes con líneas en sable horizontales y verticales, simbolizando la honestidad y prudencia de nuestra gente, dando lugar a un escudo terciado.
En el cantón superior, diestro, siniestro y jefe se ubica un cielo celeste azul, que es símbolo de equidad, verdad, lealtad y esmero, cualidades innatas de la tierra Andakí, aparece una cadena de montañas, representando la continuación del sistema andino suramericano, en la lejanía se destaca el Cerro Punta, en el siniestro que con su mayor altura se mantiene vigilante al acontecer cotidiano de sus moradores y traseuntes, custodiando el sarcófago al tribuno del pueblo, quien según la historia, murió en esas montañas y que ostenta orgulloso del tribuno nombre inmortal; al fondo de la capilla, sitio quebrado donde está asentado el casco urbano y significando la tradición y apego de sus gentes, al culto religioso, como herencia dejada por los conquistadores españoles.
En la parte inferior del mismo cantón, está en forma simbólica, una piedra representa la cultura indígena, guardando grandes enigmas y que significa la cultura y tradición; representada por el valor y espíritu progresivo de sus gentes en el cantón inferior siniestro, se destacan unos nubarrones, indicando la posición de la Serranía de la Ceja, que fue el primer asentamiento y primer nombre del municipio: Pueblo Viejo.
En el centro del cantón zigzagueando entre la tortuosa montaña desbordada desde las entrañas de los picos de la fragua, aparece majestuoso el río Suaza, que antiguamente se conoció con el nombre indígena de Río Cuá Cuá y que dío albergue en sus riveras a los Andakí y que según la historia fue territorio de la Gaitana.
En el cantón inferior diestro, aparecen las estalacmitas y estalactitas, galerías decoradas artísticamente con estructuras naturales que forman caprichosas figuras y extensos arabescos en el techo y, en la parte superior, el Guácharo, emblema de libertad y hermosura habitual de nuestros recursos naturales, dando nombre al parque Nacional Cueva de los Guacharos.
El color roca, simboliza la fuerza y el enigma que encierra la cueva. En el cantón inferior siniestro aparece la mano del hombre, exhibiendo el producto de su trabajo; sinople del fondo es igual a esperanza, libertad y lealtad. Al fondo del cantón resplandecen unos rayos de luz, símbolo de la grandeza y potestad divino, quien conduce la mano del hombre sobre la naturaleza, para hacer de estas laderas, suelo fértil y productivo, vertiendo con su trabajo y gracia divina de copiosas y abundantes cosechas y productos.
En la parte superior se destacan dos divisas en amarillo, significando la riqueza y el espíritu de trabajo de sus gentes.
La superior lleva inscrito "Agosto de 1756", en cuyo día 6 "San Francisco Javier de la Ceja de los Andaquíes" es fundado por segunda vez.
La inferior lleva gravada en el lema de Acevedo: Trabajo, Virtud y Valor. TRABAJO: esfuerzo y sudor por el deber cumplido VIRTUD: Simboliza la honestidad y hospitalidad de sus habitantes VALOR: Que es el arrojo para sortear los diferentes obstáculos que ha diario se presentan.